Sin lugar a dudas Patricio Guzmán es uno de los referente de los documentalistas en Chile, su obra parte con el documental “El primer año” que narra los primeros doce meses del gobierno de Allende, posteriormente vendría “La batalla de Chile” (una trilogía documental de cuatro horas y media sobre el último año de Allende). El rodaje de este filme se prolongó hasta el mismo día del golpe de Estado. A partir de ese momento, Guzmán estuvo preso en el estadio nacional de Santiago por espacio de quince días. Con ayuda de su mujer y otros amigos, consiguió sacar los rollos de película y viajó a Europa, donde empezó a buscar, junto con Chris Marker, los medios económicos para montar la película. Que posteriormente terminaría de producirla en La Habana.
También realizaría”En el nombre de Dios”, sobre la lucha de la Iglesia católica chilena en favor de los derechos humanos. Entre 1990 y 1992, dirigió La cruz del sur, sobre la religiosidad popular en América Latina. Después le tocó el turno a “Pueblo en vilo”, sobre la memoria histórica de una aldea mexicana.
Además de títulos como “La memoria obstinada”, sobre la amnesia política chilena, “La isla de Robinson Crusoe”, sobre la isla chilena del mismo nombre. “El caso Pinochet”, sobre el juicio contra el ex-dictador en Londres, “Madrid”, sobre la capital de España, y, finalmente “Salvador Allende”, un documental que fue seleccionado en la Sección Oficial del Festival de Cine de Cannes, a mi criterio uno de los mejores trabajos de este autor que ha podido visualizar a través de la memoria visual un derecho del ciudadano común y corriente, porque al final el documental es el reflejo a través de imágenes de la vida del ser humano en cualquier manifestación .
En definitiva su nombre se inscribe junto a otros artistas latinoamericanos como: el boliviano Jorge Sanjinés y los colombianos Marta Rodríguez y Jorge Silva como realizadores importante que muestran al exterior la realidad de nuestro continente.
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