Todo comienza con la
historia de Germán, chileno de 37 años, hijo de la abogada Carmen Hertz y de
Carlos Berger, asesinado cuando el realizador tenía un año de vida. Este
documental combina dos cualidades que cautivan al
espectador desde el comienzo: la emotividad del guión y la calidad
cinematográfica. Estamos ante una historia personal, sincera, profunda. Hay
alusiones a la dictadura y a los procesos históricos, pero lo importante es lo
que ocurrió en el seno de una familia luego del golpe de estado y cómo se puede
sobrellevar el hecho de crecer sin conocer a su padre.
La película entera
es un proceso de introspección y de búsqueda, un duro, pero sanador recorrido
por el pasado que permitirá al director confrontarse a sus fantasmas y
contribuir a la construcción de la memoria familiar, así como también a la
memoria de todo un país. Y pese a la melancolía que atraviesa al relato,
encontramos también una esperanza, un mensaje redentor que se sustenta en la
capacidad de superación de la adversidad por parte del protagonista.
El documental cuenta
con una dirección de fotografía impecable a cargo de Miguel Littin Menz. La
imagen es cuidada, poética, sugerente. Los videos y las fotografías de archivo
se integran perfectamente en un relato narrado desde el presente, un presente en
el que algunos de los personajes del pasado ya han partido, y otros se han
quedado para hablar y recordarlos.
Mi vida con Carlos / Germán Berger Hertz /
Chile-España / 2008 / 81 minutos / Premio del jurado al mejor documental y
premio del público, Festival de Cine Latinoamericano de Biarritz 2009
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