El protagonista de El Buen Pastor, Edward Wilson (Matt Damon), es un recipiente vacío, una versión americana del conformista. Un hombre cuya escasa personalidad y mundo interno atisbados al principio del relato se han evaporado hacia el final, dejando atrás sólo al funcionario eficaz y amoral que el sistema requiere.Una historia de traición filial, con los padres que hieren y manipulan a sus hijos, con los costados oscuros y resbaladizos de la institución paternal. Esa relación paterno filiar, entre ingleses y norteamericanos, unos cargados de una tradición por momentos insoportable y otros, vacíos de historia, está muy bien lograda en la película.
La cinta de Robert de Niro comparte una triste certeza: “Que para los hombres, el mundo laboral es el lugar donde se depositan la confianza y lealtad que se le niega a la propia familia”….a mi juicio el meollo de esta cinta.
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