viernes, 20 de mayo de 2011

Un genio, que vive su propia realidad

Si bien Woody Allen no es uno de mis directores favoritos, ya que constántemente parece retratar en sus películas sus fracasos y vicios, eso no quiere decir que no reconozca en su trabajo una intensidad , apasionamiento y un magnífico guión que le impregna a sus producciones, donde queda de manifiesto que primero que nada es escritor por esencia.Todos estos elementos no hacen más que admirar y reconocer que estoy ante uno de los más prolíficos y talentosos genios del séptimo arte.
Un director que tiene el mérito de poner en la palestra mundial a sus actrices como Mia Farrow ( La comedia sexual de una noche de verano), pasando por Diane Keaton ( Annie Hall) y Penélope Cruz ( Vicky Cristina Barcelona), que si bien no es la mejor cinta de Cruz, logró catapultarla en la cúspide de la escena hollywoodense al ser merecedora de el oscar ese año.
Woody Allen tiene el don de la reinvención en sus diferentes trabajos desde sus inicios con cintas tragicómicas, pasando por thriller oscuros como" Match point" y "El sueño de Casandra", hasta esta especie de cuento erótico que resultó ( Vicky Cristina Barcelona).
Si bien como dije al empezar esta nota este director no es de mi gusto personal es indudable que le imprime su sello personal a cada trabajo que realiza, el miedo, las obseciones, el humor verbal que el utiliza en la conformación de sus guiones no me hacen otra cosa que pensar que no le tiene miedo a experimentar, por ende reconozco la originalidad y el riesgo que toma para narrar historias de una manera novedosa e interesante.

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