miércoles, 26 de octubre de 2011

Whisky con Vodka

 
"Whisky con Vodka" del director Andreas Dresen, es casi un remake de "La Noche Americana", de Francois Truffaut (1973, con Jacqueline Bisset). Quizás más envolvente, sutil en su sorna y en su humor, este ejercicio alemán está menos concentrado en las dinámicas del mundillo de actores y directores, aunque no soslaya los problemas endémicos de recursos, cine de autor vs comercial y dificultades de estreno.
Todo comienza cuando Otto Kullberg, suerte de vaca sagrada del cine de su país, está al filo de la decadencia por opción: Otto está más acabado por sus propios actos y actitudes que porque le sobren años.Éste está tan borracho que el director Martin Telleck que ha soñado toda su carrera con tener a esta estrella en su elenco le resulta imposible rodar la escena. Su mujer y coprotagonista, Bettina Moll, ex de Otto, lo ha convencido que los problemas de alcohol del actor no son tan graves como asegura la prensa. Luego de este impasse, Leo, el productor (el hombre de las platas), le ordena al equipo contratar a otro actor para que haga en paralelo las escenas del personaje, para asegurarse que la película llegue a su término. Así aparece en este mundo de cómodos trailers Arno Runge, un actor de teatro oriundo de Alemania Oriental, más joven por cierto que el protagonista (también algo perno pero empeñoso).
Esta amenaza a su ego y estatus hace reaccionar a Otto como ninguna otra terapia. "Tango para tres", la cinta que filman, es un triángulo que involucra a madre, hija y al marido de la primera, en un relato telenovelesco inspirado en un hecho real acaecido en los años 20 en las playas del Báltico. Una historia sobre aquello de que la moral y la fantasía no siempre van por el mismo camino.
A pesar de todo y aunque más bien lo presiente que lo sabe con certeza, Otto conserva intactos su aura y atractivo. Ayudan algunas gotas dispersas de cinismo no consciente, con parlamentos del tipo "tengo una mala reputación que cuidar" o aquella maravillosa secuencia del padre moribundo en que reflexiona, a partir de dos hechos mínimos (uno más que otro): "uno no es tan original como cree". Y sin provocarlo siquiera, más o menos todo y todos giran a su alrededor, aunque la competencia de Narcisos aquí es dura.
Una película de seres humanos que recrean un pequeño planeta que empieza y se acaba con un rodaje: por un par de semanas, la película reemplaza al mundo, ese mismo en que todos amamos la verdad pero todos mentimos. Algo así como lo que ocurre todos los días en esos universos con leyes propias en que nos desenvolvemos , antes de volver a dormir a lo que llamamos nuestro hogar. Con los mismos temores ("uno no envejece: te levantas una mañana y ya eres viejo") y luchas de poder.
Ni más ni menos, que es aquello en que consiste una película también (un asunto de metalenguaje)…Una cinta de relaciones intensas.

2 comentarios:

  1. interesante, la buscaré y a de Truffaut también

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  2. Ok, hazlo, ya que "La noche americana" es uno de los mejores film a mi jucio de Truffaut.

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