Este director alemán, que se propone, como dice,
rodar películas “para la memoria de la humanidad” y encontrar imágenes “que
jamás hayamos visto.Eso queda manifestado no sólo en sus cintas como,
Fitzcarraldo, rodada en los 80, y en la cual Herzog hizo subir un barco a
vapor por un monte en plena Amazonía peruana, utilizando incluso a nativos de
la zona, da clara cuenta de su propuesta transgresora, sino que también en la potencia
que se aprecia en sus documentales, con escenarios distintos en diferentes
continentes como África, Asia y América Central. Historias como una tribu que
se considera la más bella, una isla abandonada por el aviso de la erupción de
un volcán y los desastres naturales que dejó la Guerra del Golfo son algunos de
los tópicos de la primera etapa del cine de Herzog .
“Hércules” (1962) es un documental donde
durante 12 minutos contrapone imágenes de archivo en blanco y negro de
vertederos, desfiles, aviones y un accidente en una carretera. En “Fata
morgana” (1971), que significa espejismo, Herzog otra vez dirige su
mirada a lugares no occidentales y presenta los efectos de la colonización y el
desarrollo tecnológico en el Sahara. Una película de carácter poético donde
niños de piel negra realizan poses sobre la guerra y donde desiertos
interminables y pueblos aislados se combinan con una banda sonora que hace
convivir a Mozart y Leonard Cohen con los paisajes de África.
“Lecciones
de la Oscuridad” (1992) que registra las consecuencias y catástrofes
sociales y naturales que dejó la Guerra del Golfo en Kuwait. Incontables pozos
de petróleo arden en llamas y millones de litros de oro negro se vierten sin
control al mar. En el paisaje deshumanizado que grabó Herzog, sólo las
bacterias, los escorpiones y las cucarachas pueden sobrevivir: la gente que
allí vive parece abocada a un silencio infinito, fruto de la guerra, el
desastre o la tortura. Una mira sobre una guerra que CNN ni otros medios de
comunicación decidieron cubrir.
Una de las características de Herzog es el uso de
su voz en off para comentar y narrar sutilmente a las personas que aborda en
sus documentales. Así ocurre con el documental “Woodabe: Los pastores del sol”
(1989) que muestra a una tribu de pastores nómades del Sahara compuesta por
varones que se consideran los “seres más hermosos de la Tierra”. El realizador
profundiza en los rituales de una tribu que con espectaculares cortejos y
maquillajes dedican parte de su vida a la belleza. Una belleza que pone en
jaque los parámetros occidentales., sino que también en sus documentales.
Uno de los pocos directores que tiene el honor de
haber filmado en los 5 continentes.
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